- ¿Y bien? ¿Dígame? ¿Qué le ocurre? - me preguntó el doctor cuando conseguí sentar mi sobrepeso sobre una silla frente a su mesa de despacho.
- Pues mire, he comenzado a notar una molestia en los ojos y oídos. Cuando sacudo la cabeza, caen palabras de colores, anuncios y música... ¡¡casi todo en inglés!! No puedo leer bien porque ante mis retinas se abren pestañas que me llevan a enlaces y compartimentos de información...
- Uhmmm... ¿cuántas horas le dedica usted a las Redes Sociales?- me interrumpió el galeno.
Me avergonzaba contestar a la pregunta, pero decidido a expresar la verdad, miré mi reloj de pulsera , donde cuatro aplicaciones conectadas a la red parpadeaban en notificaciones de vivos colores.
- Pues... dedico seis horas a dormir - expresé para evitar el sumatorio de tiempo que me conectaba diariamente a Internet.
- Quisiera hacerle una pregunta: ¿cuál es su canción preferida?
Intentaba contestar cuando de repente se abrió ante mis párpados una pantalla que flotaba en medio de la nada, desde donde se abrió un enlace a Google, de ahí a youtube y en esta aplicación, cientos y cientos de canciones que no podía registrar en la memoria, ya que en todas se pulsaba Play sin mi permiso.
La cabeza me iba a estallar. Cerré los ojos y los tapé con ambas manos, pero seguía viendo la pantalla dentro de mi imaginación... el ruido era ensordecedor...
- ¡¡¡NO PUEDO MÁS!!!!- alcé la voz.
- Amigo mío, siento decirle que padece usted infobesidad- el doctor parecía preocupado en extremo.
- Por favor doctor...¡¡¡dígame qué hacer!!! Quiero ser el que era antes - las palabras, pantallas, enlaces y aplicaciones comenzaban a llenar el espacio, brotando de mis labios, ojos, oídos y bolsillos.
- No se preocupe caballero, tengo el remedio que necesita.
El médico extrajo un dispositivo cuadrado de un cajón de la mesa, a su derecha. Lo colocó con gran expectación ante mis ojos.
- Las indicaciones y posología son muy sencillas.
Quedé observando el artefacto, sintiéndome pequeño y ridículo.
- Si lo usa correctamente, comenzará a adelgazar- el doctor sonreía haciéndome sentir aún peor en mi vergüenza- y no lo olvide: ¡¡Cuántas veces sea necesario!!!
FIN
HE AQUÍ EL DISPOSITIVO:
Es difícil no padecer infobesidad y participar en las redes con mesura pero resulta difícil. Al ver el símbolo he pensado más en un horno que en otra cosa así que no sé si la cosa tendrá arreglo
ResponderEliminarEl símbolo es lo de menos... cerrar ventanas es lo que no hay que olvidar. Eso ¡¡y no perderse en las Redes!!!
ResponderEliminarGracias Lola por tu comentario.